En un principio me negaba a crear esta cuenta (no por tener miedo a que nadie la leyera,eso depende de cada quién), mi temo era más bien a sacar el ego y empezar a escribir en primera persona inflando e inflando mis "talentos" y volviéndome una experta en el uso de la falsa modestia, en fin he me aquí (eso no sé si esta bien dicho).
Empezaré por decir que inicialmente este post sería lo más pesimista y lo más de alma oscura que pudiera haber, hoy me levanté con el pie izquierdo, tengo una entrevista con un periodista de cultura al cual ya admiro sin haber leído más que uno de sus trabajos, el punto es: se me hizo tarde llegué a las 6:30 am al metro (si temprano para todos menos para mí que entro a esa hora a trabajar), analicé mis finanzas de manera rápida y decidí -pese a mi presupuesto agonizante- que le pondría 20 pesotes a mi tarjeta, al menos para no comprar boletos del metro hasta el próximo miércoles -pensé la ingenua de mi-, y entonces... una fila interminable en la taquilla, me formé, no me quedaba de otra, no traía nada de saldo en mi tarjeta que yo elogiaba tanto.
Tardé como diez minutos en fila para llegar a contemplar a la señorita boletera en el teléfono y platicando al mismo tiempo con una señora que se recargaba en el espacio donde uno recoge el cambio, me percaté de una cosa: la pantalla donde se ven las recargas estaba apagada, no le dí importancia y le dije: "hola, veinte pesos por favor", no me hizo caso y siguió prestando atención a su charla por celular mientras la señora que seguía recargada hablaba sin control, al menos ya somos dos las ignoradas ,pensé.
Reaccionó misis boletara como tres segundos después, tomó mi tarjeta y me volvió a preguntar cuánto quería recargar -ve-in-te pe-sos- le dije un poquitín irritada (lo cual no es raro en mí), un poco distraida tecleó algo y luego me dio mi tarjeta , dudó al darme el cambio y yo tome el dinero, la tarjeta y huí a los torniquetes como alma que lleva el diablo.
Deslicé la tarjeta y mis ojillos se abrieron mas de la cuenta: "Saldo $8.01", casi me infarto, (digo diez pesos cuando uno no tiene dinero son la diferencia entre la sonrisa y la lágrimilla), pense "a lo mejor vi mal ahora es tarde".
Y nada, cuando llego a metro Polanco (si, trabajo por ahí) y checo mi saldo en la taquilla era el mismo no vi mal, $8.01, ahhh me enoje, menté madres pinche vieja incompetente lo único que tiene que hacer es despachar y ni eso, puta puta puta puta y así.
Decidí correr y aguantarme el coraje; en vez de pagar el taxi a la oficina para no llegar tan taaan tarde o comprar un cafe para llegar más despierta, le regalé diez pesotes a una pinche boletera mediocre.
Se estacionó un autobús en la parada, traía un letrero que no corresponde a los que suelo tomar, el chofer se levantó de su asiento y lo cambió ahhh ahore me llevaría a mi trabajo muuuuy rápido como acostumbran los benditos autobuses verdes, -muy ingenua otra vez- no habían pasado ni dos cuadras cuando una patrulla paró a mi chofi estrella que evitaría un retardototototototte en la ofi, ni modo pensé tendré que bajarme y tomar otro, le pedí que me devolviera mi pasaje y me respondió "no güerita orita nos vamos" y empezó una negociación con el patrullero, ni maíz, ni modo, otros 3.50 a la basura,me apresuré a la parada a esperar otro camión "güerita no corras no te vayas a caer" , ahhhhhgggg "güera tu chinaca madre" pos no ves que aparte de morenilla soy re chaira , naaada gueraaaa !!!!ahí quedó mi respeto por lo chofis de los camiones verdes.
Mientras recorría el distribuidor de ejército naciona, ya en otro microbúsl, pense en un viejo amigo -al cual adoro- que siempre parecía tomarse todo a la ligera, él habría visto mi seríe de eventos desafortunados como un pasaje sumamente chusco, en vez de tomar las cosas por el lado gracioso pensé méndigo pretencioso como tú ganas el triple de lo que yo y viajas en transporte público una vez al año.
Pfffft, me veía a mi misma como un dibujo de historieta con una nube lloviente con todo y relámpago, llegué a la ofi me puse a trabajar y ahí todo giró.
Al tiempo que se cargaban los programas de mi actividad financiera chequé los comunicados para preparar mi entrevista de en la tarde, la onda del Peatonal me puso de buenas, saqué mi libreta verde hecha por mi madre con el cariño de siempre y empecé a anotar cosillas útiles, luego seguí en la chamba y se me fue el tiempo.
Subí al baño como parte de mi hábito de descansar los ojos de la computadora -y de mis necesidades fisiológicas claro está-, y estando ahí me di cuenta de que es un lugar bien fotografiable, su espejo con foquitos alrededor, su techo alto su regadera sumamente fálica, todo me resultó tan estético que me puse más de buenas todavía.
Voltee y me vi reflejada en medio de foquitos, si es cierto, estoy más delgada, me arreglé el greñero desaliñado y volví a contemplarme; con mi sueter azul petróleo de bershka -el cual a mucha honra compré en una barata y me costó una suma que se escribe a dos dígitos- me veo bien, traigo un collar que le compre a mi amiga la güera (esa si es güera verda' de dios) mis botas con el pantalón dentro por si llueve.
Tengo los ojos redondos y coquetones, no soy una periodista, ni lo aparento -no creo llegar a serlo completamente alguna vez- pero hoy si doy la imagen de niña curiosa, una que puede caerle bien a medio mundo, soy simpatica cuando quiero y eso me puso más MÁAAAAS de buenas, me imaginé otra vez a David diciendo "ves como sin tus histerias te ves mejor, hay que dejar que las cosas pasen", y entonces me reí del vía crucis de en la mañana, de que la semana que entra mi cuenta del banco estará más desierta que mi lista de visitantes al blog (jajajaja) y de la muchacha que se quedó en la taquilla hablando por teléfono, a estas horas debe estar harta de pasar tanto tiempo nomás cobrando, ni modo así nos tocó a cada quien.
Soy feliz, feliz de tener una madre que me ama y se preocupa como nadie por mí, feliz de tener una chamba en lo que me gusta hacer, feliz de no tener ni un instante de paz porque tengo miles de cosas que escribir para publicar (y aún así he-me aquí), feliz de compartir momentos super chidos con amigos tan buenos como los míos (los nuevos y los antaños, los que me admiran y los que envidian, los que me enseñan y los que me pervierten, TOOOODDOOOS), feliz en poder pensar que esta noche le coquetearé al hombre más noble que conozco, el que está conmigo , al que le gustan mis gestos y me birnda su compañía pese a todos mis defectos.
Simplemente soy feliz, simplemente este post me alegra el día.