Desde ayer he estado soñando, por la tarde caminaba en una calle que parecía haber salido del recuerdo de una anciana, casa viejas, la acera sola , la melancolía cubriendo todo con su sábana de hielo hirviente, yo solía desear cosas, solía fincar esperanzas en planes facilísimos que sólo requerían un par de casualidades para hacerse realidad.
Nada es como parece, ni la calle era tan tranquila ni yo podía volver a pensar que conseguir lo que uno quiere es fácil, quise llorar y llamé para ver si había alguien cerca para derramar aguas oculares sobre la parte alta de las mangas de su ropa,contestaron -vamos para allá-, un suspiro un alivio que duró sólo lo suficiente como para pensar que podría traicionarme y fingir que no pasa nada.
Si pasa pasa mucho, deposité uno de mis sueños enredados en una cajita sin fondo, dejé que las lágrimas se ahogaran entre la irritabilidad y empecé pasar un tarde que,pese a las dificultades, se convirtió en amena, cuando se hizo de noche yo rogaba por ver un rostro, uno estresado por la hora y por el tráfico pero que un par de horas más tarde me arropaba entre sus brazos para librarme del frío, ayer el sueño se quedó en sueño.
Hoy desperté a una pesadilla medio rara, estaba lavando los trastes cuando decidí que la música haría la tarea menos tediosa, puse un disco y ala cuarta canción comencé a llorar, llorar como cuando un niño se cae y lo hace al tiempo que ríe, llorar porque no me gusta la realidad , porque no la entiendo porque la gente busca ser absoluta siempre cuando yo solo quiero seguir flotando, porque estoy solo, porque estoy vendiendo mi alma a una profesión que me seduce y a la vez me repele.
hoy me sentía así, como viendo que me estaba quemando y que no podía - o no quería- hacer nada para evitarlo
La foto es de Nick & Sheila Pye, una pareja de artistas que hace cine, video, performance y foto.
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