domingo, 29 de marzo de 2009

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Soy una mala mujer, punto

Me sonrojo, punto

No eres tú, soy yo

Nunca es mi intención y siempre termino haciéndolo, es una sonrisita traviesa, un roce, un abracito breve por la cintura, siempre, sin importar cuan tierno, comprensivo, guapo o lo que sea que sea el chico a mi lado termino en coqueteos extraños con otras personas.

Su nombre no importa, es periodista de verdad y me gusta mucho su sonrisa, la complicidad se dio circunsatancial y sin el menor dolo, me busca en los eventos, nos damos abrazos muy prolongados y besitos cerca de los labios.

Dudo que algún día entienda la naturaleza de mis culpas, tengo la conciencia bien tranquila y al mismo tiempo me siento una traidora, chale .

jueves, 12 de marzo de 2009

¿En dónde estabas hace un par de años?

Seguramente andaba soñando con algodones, la casa de mis sueños, las fiestas, los besos en el auto, el viento en mi cara mientras me despedías en la parada del camión,

mio cuore, è dificile dimenticare le vecchie città dove siamo stati





domingo, 1 de marzo de 2009

Son italianas y a todos encantan

La foto la robé del blog de Cecilio,
lo amo y amo su capacidad de transformar imágenes en buenos recuerdos


Cuando las vi por primera vez en el Palacio de Hierro costaban chorro mil pesos, (bueno, algo así) cada vez que pasaba por la tienda suspiraba y me imaginaba brincando en los charcos sin los calcetines mojados.

El día llegó, las baratas mercaron en 200 pesos, ahhhhh me sentí tan feliz y después fui a un concierto de Oscar Chávez donde un gorilón de esos, de seguridad en la entrada me pidió que las dejara afuera, no soy muy pasiva y respetuosa de la autoridad así que hice tremendo desmadre y desaté el debate sobre si dejar pasar o no unas botas de hule que, según don gorilón, eran una amenaza para el cantante (si wey voy aventarle mis botas nuevas a mi ídolo chairo).

Luego las usé en la escuela y todos se burlaban de mis botas multicolor, -no recuerdo si eso fue aún en bachillerato- . estuvieron guardadas hasta que un día en la universidad se conviertieron en la sensaciòn , desde entonces no dejo de presumirlas y no dejo de temer el día cuando el tiempo haga estagos y terminen rotitas o quemadas.